Las lluvias que han caído recientemente en el departamento de Guatemala han arrastrado un aproximado de mil metros cúbicos de desechos sólidos, por medio de los ríos Villalobos, Platanitos, Pinula, Las Minas, Tulujá, El Bosque, Molino, San Lucas y Parrameño, que desembocan en el Lago de Amatitlán.
La mayoría de los residuos que han saturado gran parte del manto acuífero son envases plásticos de bebidas carbonatadas, alcohol etílico y en gel, entre otros desechos, esto según datos de la Unidad de Mantenimiento y Limpieza de la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca del Lago de Amatitlán (AMSA).
Como parte de las acciones de limpieza del Lago, se ha procedido a extraer la basura mediante la utilización de maquinaria, posteriormente las misma es trasladada a un terreno de manera temporal
Se estima que en Guatemala la generación per cápita de residuos y desechos sólidos comunes es de 1.14 libras por habitante al día, en donde la composición de desechos sanitarios representa el 14 por ciento. Sin embargo, se estima que esas cifras podrían aumentar con la emergencia sanitaria en el país ante la pandemia Covid-19, por el uso de guantes, mascarillas y otros insumos utilizados para la protección de los habitantes.
Respecto a la composición de los residuos y desechos sólidos se estima que el 71 por ciento es valorizable para reciclaje; compuesto por el 53 por ciento de materia orgánica; nueve por ciento plásticos (rígido y PET); seis por ciento papel y cartón; dos por ciento vidrio y uno por ciento latas.
El restante 29 por ciento podría ser sujeto a valorización energética, según la Guía Práctica para la Formulación de Planes Municipales para la Gestión Integral de Residuos y Desechos Sólidos.
Para darle un mejor tratamiento a los desechos sólidos pueden clasificarlos en orgánicos, que son todos aquellos que se pudren o descomponen, como los restos de comida, y los inorgánicos, que son todos los que no se pudren o degradan y deben ser tratados de manera adecuada, como vidrio, papel, plástico, aluminio y cartón, entre otros.
La cuenca del río Villalobos desemboca en el Lago de Amatitlán. Durante ese recorrido pasa por 14 municipios. Ellos integran el conjunto de las 340 corporaciones municipales que, según el Código Municipal, son las encargadas de brindar un tratamiento adecuado a los desechos sólidos que se generan en sus respectivos municipios.
Dicha disposición está contenida en el Artículo 68 del Código Municipal, donde se indica que la recolección, tratamiento y disposición final de los residuos y desechos comunes es competencia municipal.
El Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales, para coadyuvar con el cuidado y protección del medio ambiente socializó con las corporaciones municipales a nivel nacional la Guía Práctica para el Manejo de Residuos y Desechos Sólidos Comunes ante la pandemia Covid-19, con el objetivo de que la población en general atienda las recomendaciones para evitar la contaminación por los materiales desechables utilizados como mascarillas, guantes, algodón y papel higiénico, entre otros, para evitar el contagio del virus.
La Guía contiene una serie de consejos prácticos para la clasificación de desechos sanitarios, tanto en el hogar, en las actividades comerciales que están dentro de las excepciones del Estado de Prevención y operan en la actualidad, como en instituciones gubernamentales y otros organismos del Estado como las Municipalidades y centros de acopio.
Son ocho los pasos que contienen la explicación sobre el manejo y control de desechos comunes. Uno de ellos refiere que no se debe mezclar mascarillas, guantes y otros desechos sanitarios con residuos y desechos que se generan en el hogar, industria, instituciones, comercios entre otros. Los generados para evitar la infección del Covid-19, deben introducirse en una bolsa separada, amarrarla y rotularla para un mejor manejo de estos en el proceso de desecho hasta que llegan a un vertedero.
El cuidado del ambiente es una responsabilidad que todos debemos asumir.