El Cambio Climático es un fenómeno que afecta al mundo, Guatemala no es la excepción. Las alteraciones de los ciclos comunes en el clima son evidentes. Llueve cuando no es normal que haya precipitaciones, los calores son intensos en tiempos que se esperaría frío y las temperaturas causadas por el comportamiento esperado del clima son superiores a lo normal. Pero también puede ser notorio que haya sequías más frecuentes. Se trata de eventos extremos en el comportamiento climático.
En mayo, por ejemplo, fue notorio el establecimiento de la época lluviosa. Las precipitaciones se hicieron notar en el territorio nacional. Y los pronósticos del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) se cumplieron.
Ante tales circunstancias, el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), que mantiene un constante monitoreo de los eventos basado en los informes de las instituciones especializadas, recomienda estar atentos a dichos eventos pues la probabilidad de eventos extremos como inundaciones y deslaves no pueden descartarse en tales circunstancias.
Junio, según el Insivumeh, no será muy diferente, pero se prevé que pueda haber déficit de las precipitaciones en algunas regiones de Jalapa, Jutiapa, Chiquimula, Zacapa, El Progreso y Baja Verapaz. Sin tomar en cuenta la tormenta Tropical Amanda.
Y julio, un mes caracterizado por presentar la famosa canícula, estará en los rangos normales. La falta de lluvias podría extenderse entre el 10 y el 20 de ese mes, pero en algunas regiones podría haber suspensión intermitente de esa condición seca debido a algunos eventos aislados de lluvia, de acuerdo con el Insivumeh.
Pensando en cómo mitigar todos esos efectos que terminan afectando la vida humana, el MARN trabaja en proyectos que beneficien a las poblaciones, pero también los preparan para enfrentar adecuadamente dichas situaciones. Se trata de reducir y, de ser posible, contribuir en reducir los impactos como la erosión de suelos, sequías frecuentes, menos disponibilidad hídrica, menor rendimiento de cultivos y pérdida de biodiversidad.
Para enfrentar dichas circunstancias el MARN, según su Dirección de Cambio Climático, cuenta con una Política Nacional de Cambio Climático, Acuerdo Gubernativo 329-2009, cuyo objetivo central es reducir la vulnerabilidad del país ante estos eventos extremos, a través de reforzar la capacitación de los pobladores para adaptarse a la situación, así como ofrecerle herramientas para que contribuya a la reducción de la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
El MARN también cuenta con el Sistema Nacional de Información sobre Cambio Climático (SNICC) a través del cual se recopila información sobre los eventos y sus probabilidades de ocurrencia, pero también sobre las acciones de mitigación que se ponen en marcha para contrarrestar los efectos negativos del Cambio Climático.
Otra herramienta de la cartera ambiental es el Plan de Acción Nacional de Cambio Climático (PANCC) que define las principales acciones y lineamientos que las entidades de gobierno y otros sectores del Estado deben seguir o las Líneas de Investigación en Cambio Climático, que identifican los temas relevantes en este tema para orientar la generación de información con énfasis en ciencia del clima, adaptación y mitigación.
En coordinación con el Ministerio de Energía y Minas -MEM-, el MARN participó en la construcción del Plan Nacional de Energía que se refiere al aprovechamiento de los recursos renovables, la promoción de tecnologías para la eficiencia y el ahorro energético y la reducción de gases de efecto invernadero.
De manera conjunta con diferentes sectores productivos, se elaboraron cinco Guías Metodológicas para la Gestión de Riesgo y Reducción de la Vulnerabilidad. Los sectores involucrados son: agropecuario, salud, marina, infraestructura y de recursos forestales, áreas protegidas, ecosistemas y biodiversidad.
Se tiene generada la Estrategia Nacional de Desarrollo con Bajas Emisiones, que presenta 43 opciones de mitigación para continuar en la ruta del desarrollo y reducir la intensidad de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero y la Estrategia Nacional de Ganadería Bovina Sostenible.
Y en el tema de la deforestación, el MARN cuenta con la Estrategia Nacional de REDD+ que precisamente busca frenar la deforestación y la degradación de los bosques. Además, se trabaja muy de cerca con el Fondo Verde del Clima, a través del Programa País, con lineamientos para ingresar a los fondos para la elaboración de proyectos, con enfoque de género y pueblos indígenas.
A todos estos programas y estrategias que demuestran el compromiso del MARN con la mitigación al Cambio Climático, se suman otras acciones relacionadas con la gestión de cuencas hidrográficas, gestión de residuos y desechos sólidos, monitoreo ambiental, gestión de ecosistemas estratégicos y áreas marino-costeras. Pero también evidencian los esfuerzos gubernamentales por detener el avance de las acciones humanas que degradan el ambiente y evitar así mayores efectos negativos en la vida de los pobladores.