Como parte de la Estrategia Integral de Intervención de la Cuenca del río Motagua, Héctor Espinoza, viceministro de Recursos Naturales y Cambio Climático del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), se reunió con representantes de la Unidad de Gestión Ambiental de Cementos Progreso (CEMPRO), quienes apoyan a la cartera en la disposición final de desechos retirados del río Motagua.
El viceministro, junto a un equipo técnico, acompañados por Juan Ramón Aguilar, y de CEMPRO y otros gerentes de la empresa, visitaron la cuenca del Motagua en la aldea el Jícaro, Sanarate, El Progreso, para verificar el estado del afluente y dialogar sobre posibles proyectos de cooperación que contribuyan al saneamiento.
“La idea es buscar una alianza que dé alternativas para recolectar desechos sólidos flotantes y evitar que lleguen a la desembocadura”, explicó Aguilar.
El viceministro indicó que el objetivo es identificar puntos en común en los que se pueda trabajar y derivar en beneficios para la cuenca del Motagua. “Como ente rector estamos con la convicción de contribuir a las alianzas que sean necesarias para que el problema sea disminuido y el impacto en la cuenca sea de beneficio para todos los que habitan en la misma”, enfatizó.
En el sitio visitado, el funcionario y los representantes de CEMPRO evaluaron la posibilidad de desarrollar un proyecto que permita captar desechos, situación que será discutida en las próximas semanas en una mesa técnica.
Coprocesamiento de desechos
El viceministro de Recursos Naturales también visitó la planta de coprocesamiento de desechos sólidos de CEMPRO, lugar en donde dan disposición final a desechos que son extraídos por personal del MARN en la aldea El Quetzalito, Puerto Barrios, Izabal, y otros que llegan de distintas entidades y empresas.
Según Aguilar, la basura captada en la desembocadura es trasladada 300 kilómetros hasta la planta San Miguel, en Sanarate, en donde la procesan e incineran, reduciendo la huella contaminante para la atmósfera, mediante procesos con tecnología innovadora.
Durante el 2022 han procesado unas 900 toneladas de desechos que el río Motagua arrastraba, sin embargo, en general incineran 13 mil toneladas en un año, lo que sustituye ocho mil toneladas de combustibles fósiles que anualmente tendrían que utilizar en sus procesos industriales.
La disposición final de los desechos con ese mecanismo permite reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que en los rellenos sanitarios habrían sido hasta tres veces más emisiones, según las estimaciones.