El invierno es la temporada idónea para sembrar árboles, ya que la tierra tiene abundante agua, por lo que es un momento oportuno para reforestar aquellas áreas que han sido depredadas por el ser humano.
El aprovechamiento de la lluvia ayuda al crecimiento de la planta. Al retener la tierra suficiente líquido provoca que durante el verano un árbol continúe su ciclo de crecimiento, informó Abel Cifuentes, del departamento de Lucha contra la Degradación de Tierra, Desertificación y la Sequía, del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN).
Cifuentes mencionó uno de los principales problemas de las partes altas de las cuencas es la deforestación. Eso provoca inundaciones en las poblaciones, ya que la lluvia cae directamente. Por ello es importante que en las áreas superiores de las cuencas no se corten los árboles.
Otro beneficio de la época de lluvia es que la población utiliza los diferentes sistemas de captación de agua. Esa forma de obtener el líquido vital es que la guardan para utilizarla durante la época seca o durante el período de la canícula, puntualizó Cifuentes.
De acuerdo con el informe trimestral del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología, se estima que en julio podría manifestarse la canícula -período en el cual deja de llover-.
“El corredor seco es uno de los beneficiados con la llegada del invierno, para los cultivos y que la población pueda abastecerse del vital líquido”, expresó Cifuentes.
En la época de invierno es importante la filtración de agua en la tierra, ya que el nivel de agua que se encuentra en el subsuelo es la que se utiliza para el consumo humano.