Los humedales son áreas terrestres saturadas o inundadas de agua, ricos reservorios de biodiversidad que albergan el 40 por ciento de las especies vegetales y animales del planeta. Este 2 de febrero se conmemora el Día Mundial de los Humedales, una fecha para recordar el gran valor que tienen estas zonas para la humanidad.
En el Inventario Nacional de Humedales de Guatemala existen 192 registrados, entre ríos, lagos, lagunas y pantanos, de los cuales siete se encuentran incluidos en la lista de la Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional (Ramsar).
La biodiversidad de los humedales tiene múltiples beneficios, su vegetación filtra los contaminantes y hace potable el agua. Además, almacenan el 30 por ciento del carbono terrestre, proporcionan alimento, medicinas y protegen a las poblaciones de mareas, tempestad, huracanes y tsunamis.
Proteger los humedales es vital para el planeta, para la subsistencia, y el medio ambiente. Estas zonas son fuente de abastecimiento de agua para el consumo humano, agrícola, pecuario, energético, industrial y hábitat de la vida silvestre. También contribuyen a la economía por medio del desarrollo de actividades pesqueras, producción acuícola y sitios de recreación y turismo.
El Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) impulsa acciones que permiten la restauración y el uso racional de los humedales. Al mismo tiempo, se promueve la educación ambiental como herramienta para la protección de estos recursos.
Importancia mundial
Siete sitios guatemaltecos están incluidos en la lista de la Convención sobre Humedales (Ramsar).
Laguna del Tigre y Parque Nacional Yaxhá-Nakum-Naranjo, Petén; Manchón Guamuchal entre Retalhuleu y San Marcos; Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic, Punta de Manabique y Área de Uso Múltiple Río Sarstún, Izabal; y la Ecorregión Laguna Lachuá, Alta Verapaz.
Ecosistemas invaluables
El Día Mundial de los Humedales fue creado por la Convención sobre los Humedales del 2 de febrero de 1971. Guatemala ratificó su adhesión a la Convención el 26 de enero de 1988, a través del Decreto Número 4-88 del Congreso de la República, y se asignó al Consejo Nacional de Áreas Protegidas como la autoridad administrativa.
El MARN trabaja en cumplimiento del artículo 64 de la Constitución, que declara de interés nacional la conservación, protección y mejoramiento del patrimonio natural, por lo que dirige sus esfuerzos en garantizar los procesos ecológicos, uso racional de los recursos y ecosistemas, así como la conservación de la diversidad biológica.