El ministro de Ambiente de Guatemala y presidente pro tempore de la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD), Mario Rojas Espino, se reunió con sus homólogos del istmo para continuar con la coordinación y medir avances en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26).
Rojas Espino reiteró la postura para que Centroamérica sea reconocida como región altamente vulnerable al cambio climático, ya que por las características naturales, como la ubicación geográfica, alto índice de pobreza y déficits sociales, la región es una de las más vulnerables y amenazadas ante el cambio climático.
“Llamamos a la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, para que se reconozca a los países SICA como una región de alta vulnerabilidad y riesgo climático, asociado a los efectos provocados por el cambio climático, para que podamos acceder con prioridad a los mecanismos financieros establecidos por las convenciones”, expresó el ministro de Ambiente de Guatemala.
Rojas Espino, en nombre de los países del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), conformado por Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana, ha evidenciado las condiciones que padece la región, ya que al menos tres países aparecen en el Índice de Riego Climático Global de Germanwatch, como parte de los 10 países más afectados ante eventos extremos asociados al clima, en las últimas dos décadas.
“Todos nuestros países son impactados cada año por fenómenos climáticos, los cuales nos generan graves consecuencias e impactos negativos para el desarrollo. Solo durante el año 2020, Centroamérica recibió los embates de la Tormenta Amanda-Cristóbal y los huracanes ETA e IOTA, categoría 4 y 5 respectivamente, que produjeron más de 200 muertos, más de siete millones de personas afectadas directamente, y más de US$2 mil 600 millones en pérdidas y daños materiales en infraestructura pública y privada”, detalló Rojas Espino.
Distintos factores
Los líderes centroamericanos se han reunido con distintos ejecutivos y funcionarios de alto nivel, donde han mostrado que los fenómenos hidrometeorológicos representan una grave amenaza a la seguridad alimentaria de la población, generan migraciones humanas y afectan de manera directa la dinámica socioeconómica, las finanzas públicas y la gobernabilidad de sus países.
Tal como lo señalan los informes del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), la región progresivamente presenta un aumento de las temperaturas extremas, inundaciones recurrentes, sequías, perdida de zonas costeras, intrusiones salinas, ascenso del nivel del mar y olas de calor, entre otros, lo que afecta los sistemas humanos y ecológicos, agudizando la pérdida de gran parte del capital natural y la capacidad de enfrentar nuevos eventos extremos.