Un total de 120 comunidades, equivalentes a más de cinco mil familias de Quiché, fueron beneficiadas por el Proyecto Canje de Deuda, ejecutado por el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales y financiado por el banco de desarrollo alemán KfW, con una inversión total de 10 millones de euros. El proyecto arrancó en el 2019 y concluyó la fase de ejecución el pasado 20 de noviembre con un evento de cierre en donde se presentaron los resultados obtenidos durante los últimos cinco años.
Gracias por el Proyecto Canje de Deuda, hoy día, en mi comunidad estamos por finalizar un tanque de aproximadamente 300 metros cúbicos, lo cual equivale a 300 mil litros de agua, que vamos a conservar y no va a ser desperdiciada en los suelos porque vamos a tener dónde reservarla; preparándonos así para la época de sequía.
Marvin Montúfar, Aldea Terrero, Canillá, Quiché.
Los municipios priorizados de Quiché fueron San Pedro Jocopilas, San Bartolomé Jocotenango, Sacapulas, San Andrés Sajcabajá, Canillá y Zacualpa, que pertenecen al corredor seco y cuentan con altos índices de pobreza y desnutrición.
“Fue muy sabio haber escogido al departamento de Quiché, porque es parte, no solamente del corredor seco sino del corredor de pobreza del país. Esa pobreza ha estado muy vinculada al racismo, que conlleva a la discriminación y a la desigualdad social. Tenemos una deuda histórica muy fuerte como Estado, como país, con Quiché”.
Patricia Orantes, Ministra de Ambiente.
El proyecto constó de tres componentes:
- Manejo, protección y conservación de suelos
- Manejo integrado del recurso hídrico
- Manejo sostenible de los bosques
Además, se implemento la capacitación y dotación de insumos para la instalación de apiarios como componente estratégico para la adaptación al cambio climático.
Los beneficiarios directos del proyecto son productores agrícolas y apícolas, de los cuales el 80% son mujeres. El proyecto contempló brindar insumos de producción, como semillas, abono y materiales de construcción para la instalación de huertos de hortalizas con equipo para la implementación de sistemas de microrriego. Por su parte, a los productores apícolas se les facilitaron materiales para la producción de miel, como cajas y marcos de madera, entre otros.
Tanto productores apícolas como agrícolas recibieron capacitaciones técnicas durante todo el proyecto que incorporaron prácticas ancestrales como el rastrojo y la labranza mínima para mejorar sus métodos de producción y fortalecer los conocimientos que ya tenían.
Patricia Orantes, Ministra de Ambiente, habló sobre la importancia real que ha tenido el programa e indicó que en la batalla por controlar el cambio del clima a nivel global, el tema de mitigar las emisiones ha recibido más atención y más recursos que el tema de la adaptación, por lo que fue muy importante que estos casi 90 millones de quetzales se destinaran a la adaptación en Guatemala, ya que existen enormes desafíos de adaptación.
Como actividad de cierre, se ofreció un recorrido de exposición de los emprendimientos logrados con el apoyo del proyecto.